En Granada (Antioquia), Los Polis O ¿Quién mató a María?

Escrito por: Felipe Castaño

A Granada ya habíamos ido unos años antes con “El Monte Calvo” y lo que más llamativo me pareció fue la publicidad de la obra, que siempre la ubican una cuadra antes del parque en un cartel dibujado por Don Jaime, lo que es muy particular dado que el artista lo hace antes de ver la obra, inspirado en el título y con todo un ejercicio imaginativo por delante. Es una tradición singular.

La cartelera de “El Monte Calvo”, la recuerdo vagamente, era algo como una montaña pelada que podía ser la cabeza, de un señor peinándose unos cuantos pelos con una peinilla. Es irónico que un nombre pueda suscitar una reflexión, a primera vista, simple y a la vez traducir profundamente parte esencial de la obra, porque realmente el lugar en el que se dio la batalla de El Monte Calvo es un lugar inerte (como la alopecia) que nadie habita. Si ampliamos la metáfora, en esa montaña hay como unos bichos matándose (soldados) por unos cuantos metros de tierra desperdiciados en dividir o delimitar fronteras políticas bajo una lucha ideológica (la guerra fría) que ni comprenden, lo que es lamentable y pone en duda eso de que el ser humano es un animal racional. Pero esto no es sobre “El Monte Calvo” es sobre “Los Polis” y, este nombre más circunstancial, menos difuso, planteó una cartelera de Don Jaime en la cual aparecía dibujada una lápida, con el perfil de la que fácilmente puede ser María y unas flores a los lados de la lápida; un detalle por agregar es que, justo donde estaba el cartel, había una publicidad en contra de la violencia de género.

En Granada, la violencia ha dejado una huella en el código histórico de sus habitantes y el arte ha estado presente como alternativa; por ejemplo, el Festival granadino del Teatro -al que fuimos invitados en esta ocasión- inició en 1985 y lleva treinta y cuatro versiones, siendo suspendido del 2001 al 2004 por enfrentamientos bélicos que llevaron a la suspensión del mismo[1].

El tono de este texto se tornó lúgubre por lo que diré pocas cosas de la ida con Los polis. Primero que quien estaba de técnico este año era Edwin, integrante de Inmigrantes (Rionegro) donde ya hemos estado y compañero de la universidad de los de actores de Teatro Estudio en la profesionalización -los cuales se graduaron hace dos días, ¡Salud muchachos! -. Por lo que el montaje se hizo de manera tranquila, la única dificultad fue que antes de empezar la obra, prevista a las 7:30 p.m. empezó a caer un aguacero de padre y señor nuestro. Yo creí que no iba a llegar nadie, porque la función fue en el auditorio de un colegio y el agua era tanta y tan fuerte que seguro de la entrada hasta el auditorio, cualquier persona se mojaría, mejor, empaparía, que es palabra exagerada y muy acertada al caso. La obra en general salió extraña por el tipo de espacio: muy amplio, muy alto, con mucho eco, y falta de pericia de nuestra parte. Según el comentario de uno de los asistentes del público la obra no se entendió muy bien porque los textos se escuchaban difusos, entre otras razones.

Si me preguntan yo no me sentí muy cómodo porque no me pude adaptar al espacio, sin embargo, está muy bien sentirlo porque también plantea la pregunta por cómo hacer que cada vez la obra salga mejor en cada función. Igual esta fue la cuarta vez que la presentamos fuera de casa este año, por lo que aún nos falta presentarla en más lugares para que vaya enfrentando otros espacios.

 

Felipe Castaño, 6 de diciembre de 2023.

[1] Luis Mario Gómez. “Festival Granadino del Teatro”. Granada; 2017. https://viveysientegranada.blogspot.com/2015/11/festival-granadino-del-teatro.html

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