Escrito por: Felipe Castaño
La última vez que salimos de nuestra sede con El Monte Calvo fue en noviembre del año pasado (2022). La obra la teníamos en temporada y se nos dio la oportunidad de presentarla en Bello, en el teatro Galeón. La sede está ubicada cerca del metro y es un espacio muy acogedor y familiar, pues siempre estuvimos acompañados por el padre, la madre y la hermana del director, que venden fritanga afuera del teatro. Este detalle me llamó mucho la atención pues nunca había visto un “casao” tan singular. Además, el espacio lo están pagando, lo que implica un esfuerzo mayor y me permite adelantar una hipótesis que explica esta iniciativa familiar, -la pujanza antioqueña que llaman-. La sede actual de Galeón fue adquirida poco antes del inicio de la pandemia y curiosamente el técnico que nos estuvo ayudando en el montaje era nuevo -llevaba cerca de dos meses- y había nacido en la casa que ahora alberga el teatro. Este detalle, algo frívolo para algunos, debe encerrar un símbolo oculto para quienes creen que la vida no es tan fortuita como parece… En fin, fuimos a presentar en el marco del tercer “Festival colombiano del teatro clásico”, una iniciativa del Proyecto Teatral ALBA que dirige Rolando Hernández, profundo conocedor de la técnica de Stanislavski y profesor en la Universidad de Antioquia, y quien nos había acogido en su hogar en Cuba, cuando estuvimos presentando justamente El Monte Calvo.
Esta versión del “Festival colombiano de teatro clásico” estuvo dedicada a la memoria de Gilberto Martínez, y fue realizada por el apoyo de los amigos que el maestro Rolando tiene en la región, igual que las versiones anteriores. Como de teatro clásico se trata sólo podíamos llevar El Monte Calvo, pues nuestras otras obras son dramaturgias propias, a excepción también de “Cuatro cuentos cortos para tres tigres tristes”, que son una adaptación de tres cuentos colombianos y uno universal, que tampoco entra en la temática del festival.
El montaje lo hicimos en tiempo récord -poco más de una hora- lo que nos dio tiempo suficiente para distraernos. La función se realizó sin contratiempos, y el público, bastante participativo, nos compartió algunas reflexiones alrededor de la guerra y nos felicitó por la manera en que se hizo la adaptación -tan diferente a como se acostumbra montar esta obra-.
Felipe Castaño, 30 de mayo de 2023