Escrito por: Carlos Andrés Soto
Confesión 1
Martes, 30 de mayo de 2023
El domingo en la tarde, en escena, en octubre, los pensamientos se derrumbaron como una torre de dominó; y el cuerpo presente, de frente a otros no me podía dejar solo, no me podía abandonar y se hizo cargo de los pensamientos y mientras no pensaba el cuerpo, fue recogiendo poco a poco los pedazos esparcidos por el suelo, por el escenario; y el cuerpo ahí como con memoria, y el cuerpo fue armando los pensamientos destrozados y mientras solo me quedaba el horror de estar frente al público sin pensamientos que le dijeran al cuerpo y a las palabras qué hacer, el cuerpo destrozó también al horror y poco a poco empezó a prescindir de los pensamientos y la escena transcurrió como un río asustado pero en su curso y el cuerpo empapado de actuar, digno y valeroso terminó la función y no dejó ver ni uno solo de los pensamientos heridos. Y como el cuerpo es cuerpo y no piensa, se secó el sudor y se sentó exhausto, exhausto pero contento, y desde ese domingo de octubre, los pensamientos que sí piensan, dejan que el cuerpo del actor actúe.