Escrito por: Felipe Castaño
Era la tercera vez que salíamos con esta obra, y en esta oportunidad nos presentamos en Inmigrantes Teatro, de Rionegro. Como dato curioso, Inmigrantes fue el primer grupo externo que se presentó en nuestra anterior sala de teatro -hace poco más de tres años-, estuvieron en la inauguración de nuestro primer “Festival en el Acto” con la obra Passport, en ese entonces actuaba Leonel, que al siguiente o los siguientes dos años se ganaría el premio de Dramaturgia, que organizamos para potenciar la escritura en el Oriente antioqueño. La obra de Leonel se llama Yo el Eterno y está inspirada en dos novelas de la dictadura latinoamericana: Yo el Supremo de Augusto Roa Bastos y El Señor presidente de Miguel Ángel de Asturias.
Cuando llegamos a la actual sede de Inmigrantes, nos sorprendimos al ver una casa antigua, a la cual tuvieron que hacerle algunas modificaciones para volverla sala de teatro. Por ahí vimos los pedazos de una fuente vieja, que desarmaron para sacarla del patio principal -donde tuvieron que tapar el espacio entre techo y techo para evitar la luz, pues allí quedó la sala de teatro- y la pusieron en el solar. La casa, además, cuenta con salón de música y había, en otro salón, una exposición fotográfica al natural, donde aparecía un rostro conocido para los teatreros de El Carmen. Si bien llevan poco más de un año en dicho espacio, proyectan construir la sala de teatro en el solar de la casa. En caso de acceder a la ley de espectáculos públicos, la construcción estaría completa en menos tiempo, lo que manifestamos desde aquí, deseamos que así sea, porque le vendría muy bien a nuestros amigos de Inmigrantes, al municipio de Rionegro y a todo el ecosistema cultural de Oriente, además el solar es bastante grande y quedarían con una sala muy amplia compensando la acogedora sala actual, que cuenta con dos columnas de madera un tanto atravesadas a lado y lado del escenario.
Siempre que se lleva una obra a un lugar diferente es imprescindible hacer un ensayo antes de presentar, pues estamos habituados a nuestro hogar y dado que los teatros son diferentes, los recorridos, las luces, las entradas y salidas de los actores deben modificarse. El espacio escénico se nos redujo bastante y, a cambio, teníamos las columnas de madera que tuvimos que integrar en la función. Este tipo de situaciones que, al principio pueden parecer una dificultad o desventaja, realmente enriquece las obras, porque nos desacomoda y obliga buscar soluciones teatrales para asumir nuevas experiencias escénicas, podemos decir que eso nos brinda versatilidad, estas son las ventajas de salir con las obras porque crecen en la novedad de los escenarios diferentes.
Como Inmigrantes es un grupo amigo, la confianza y familiaridad del trato hicieron muy ameno el día y la atención fue impecable, nos consintieron bastante y tuvimos un excelente rato; además, la obra salió muy bien, aunque vale confesar que todos los de Teatro Estudio teníamos “un sustico” más fuerte del habitual antes de presentar, -nos vi temblar- tal vez porque Los polis ha sido una obra que no ha circulado tanto en diferentes escenarios y teníamos dos postes de madera nuevos en la obra.
Quisiera cerrar con otro dato que olvidaba decirles sobre Inmigrantes, es que desde este año, cuentan con un proceso de semillero, lo que es bastante significativo, pues formar escuela es fundamental para darle continuidad y relevo generacional al oficio que, si bien no es lucrativo, es necesario para la expresión cultural crítica y emocional que permiten las artes escénicas.
Felipe Castaño, 15 de junio de 2023